“Bombardean a todas horas y en todas partes. Cuando hay un bombardeo en un hospital o en una escuela vamos hasta allí porque tenemos que documentar las víctimas causadas, entrevistar a los supervivientes. Pero sabemos que es muy arriesgado porque en cualquier momento pueden volver a bombardear. Y los chalecos y cascos no sirven para nada porque no nos protegen de las bombas”.
Sami Abu Salem contesta por WhatsApp a las preguntas, con breves notas de voz, en medio del ruido de la multitud en la calle, aprovechando que hay señal de Internet. Volverán a pasar horas hasta que le entre un nuevo mensaje. “Apenas si tenemos conexión. Cuesta saber si los compañeros están bien y resulta muy difícil informar así”, explica entonces.
El 7 de octubre Hamás asesinó a más de 1.200 personas, secuestró a más de 240 y acabó con la vida de 4 periodistas, de los cuales dos se encontraban en un kibutz cercano a la Franja y otros dos en el festival de música Supernova. Desde entonces, el ejército de Israel ha matado en la Franja de Gaza a, al menos, 11.000 personas –de las cuales más de 4.000 eran niños y niñas–. Entre las víctimas palestinas se cuentan ya más de 40 periodistas, convirtiendo a esta guerra de Israel contra Gaza en el conflicto con un mayor número de asesinatos de informadores en un menor periodo de tiempo. La invasión ilegal de Iraq de 2003, uno de los más mortíferos para los periodistas –283 desde 2003–, se cobró la vida de once profesionales en el primer mes de ocupación.
Asesinados en sus casas
Según hemos podido comprobar con los datos recopilados por el Sindicato de Periodistas de Palestina y el Comité de Protección de Periodistas, al menos 12 informadores murieron como resultado de bombardeos israelíes lanzados contra sus barrios y viviendas, en las que se encontraban junto a familiares en la mayoría de los casos. Fue lo que ocurrió con Abu Hassira, periodista de la agencia de noticias Wafa, de la Autoridad Palestina, asesinado el 7 de noviembre por un ataque israelí contra su vivienda que también mató a 42 de sus familiares.
Dos días antes, era Mohamed Al Jaja, periodista de la organización por la defensa de la libertad de prensa Press House-Palestine, quien moría junto a su mujer e hijas en un bombardeo contra su vivienda en Al-Naser, al norte de Gaza. Otro ejemplo es el del periodista freelance Assad Shamlakh, cuyo hogar fue bombardeado el 8 de octubre, el primer día de ofensiva; murió junto a nueve miembros de su familia.
Según explica por conversación telefónica Shorouq Assad, del Sindicato Palestino de Periodistas, al menos tres reporteros fueron asesinados en sus viviendas tras pasar el día documentando los crímenes cometidos por el Ejército israelí. Ese fue el caso de Mohammed Abu Hatab, videorreportero de la televisión Palestine TV. Murió junto a 11 miembros de su familia, después de que su domicilio fuese bombardeado el 2 de noviembre. Vivían en Khan Yunis, al sur de Gaza, la región a la que Israel ordenaba que la población del norte se trasladase para, supuestamente, ponerse a salvo.
También Rushdi Al Sarraj acababa de volver a la casa familiar tras pasar el día entrevistando a supervivientes de los ataques cuando comenzó el bombardeo contra el edificio en el que vivía su familia. Allí se había trasladado junto a su mujer y a su hija días atrás pensando que tendrían más posibilidades de estar a salvo. Según contaron después algunos testigos, Al Sarraj protegió con su cuerpo a su esposa y a su hija de un año, que sobrevivieron. Él falleció en el traslado en ambulancia por las heridas provocadas por la metralla. En total, a fecha de 11 de noviembre, doce periodistas palestinos han sido asesinados junto a sus familias.
“Israel sabe perfectamente dónde está todo y todo el mundo en Gaza. Lo sabe por las tarjetas de móvil, por satélite, por dron, por la información que tiene recopilada. Un ejemplo: cuando bombardearon las instalaciones de la compañía de telecomunicaciones palestina Jawal, cinco ingenieros fueron a repararlas. Poco después fueron asesinados”, explica Assad, con una trayectoria de más de treinta años como reportera en los Territorios Ocupados de Palestina.
Las investigaciones realizadas hasta el momento sobre los asesinatos en las viviendas de periodistas no pueden aclarar si respondieron a bombardeos contra edificios civiles, un crimen de guerra o si estaban dirigidos específicamente contra los reporteros. Es habitual por parte de la mayoría de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de todo el mundo el uso de la triangulación para identificar la localización de una persona a través de su tarjeta SIM. Este ha sido, por ejemplo, uno de los recursos más empleados por Estados Unidos para ejecutar extrajudicialmente a personas acusadas de terrorismo.
La prensa alemana reveló en 2013 cómo los servicios secretos de su país habían entregado información sobre teléfonos de presuntos terroristas al Pentágono y cómo este los había aniquilado mediante drones en Pakistán. En mayo de este mismo año, el líder de la Yihad Islámica, Ziyad al-Nakhalah, denunció que los seis milicianos asesinados durante una operación israelí habían sido localizados mediante sus teléfonos.
En estas semanas también hemos visto cómo periodistas de la Franja o sus familiares recibían llamadas en las que los interlocutores les advertían que debían abandonar sus hogares si no querían sufrir las consecuencias de sus ataques. Ese fue el caso de la periodista de Al Jazeera Youmna El Sayed. Su esposo recibió una llamada en la que alguien que se identificó como miembro del Ejército israelí le instó a abandonar su vivienda en el norte de Gaza porque se encuentra “en un lugar peligroso”. Cuando éste le preguntó que por dónde podían huir teniendo en cuenta los bombardeos y que la carretera que lleva al sur estaba llena de tanques, le respondieron que no podía darle esa información pero que tenían que irse de inmediato.
Este ultimátum tenía lugar cinco días después de que un bombardeo acabase con la vida de la mujer, los dos hijos menores y el nieto de Wael Al-Dahdouh, corresponsal jefe de Al Jazeera en Gaza. De hecho, se encontraban en el campo de refugiados Nuseirat, en el centro de Gaza, donde se habían trasladado desde el norte, siguiendo las instrucciones de Israel. «Se vengan de nosotros a través de nuestros hijos”, declaró cuando encontró el cuerpo de su hijo.
Según los datos recopilados por el Sindicato de Periodistas de Palestina, al menos familiares de otros tres periodistas han sido asesinados: Mohamad Aloul ha perdido a sus cuatro hijos, a sus tres hermanas y a tres sobrinos; Atiyeh Darwish, a su hermano –en 2019 un francotirador israelí le dejó a este mismo periodista sin un ojo-; y a Moataz Azayzeh los bombardeos le han arrebatado más de 15 familiares.
Bombardeos contra civiles desarmados
“Tenemos casos de periodistas que estaban recogiendo testimonios de supervivientes y que fueron entonces atacados directamente. Otros tres que se fueron a vivir a un hotel pensando que estarían más seguros y vieron cómo las bombas cayeron justo en frente. Pero hay que tenerlo claro: los ataques contra los periodistas no comenzaron hace un mes, esto lleva ocurriendo desde hace 75 años”, explica Shorouq Asaad, miembro del Sindicato de Periodistas de Palestina. “He cubierto centenares de manifestaciones en estas décadas. Los periodistas palestinos siempre vamos juntos, con chalecos y cascos, con distintivos de prensa, y aun así nos disparan con munición real, con gases. Yo misma he sido seguida muchas veces por francotiradores. Los periodistas palestinos siempre hemos sido objetivo para el Ejército israelí. Solo que ahora es más brutal y peligroso. Por eso han bombardeado con misiles más de 60 oficinas de prensa en la Franja, que es donde los periodistas suelen estar”, subraya.
Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha denunciado ante la Corte Penal Internacional los crímenes de guerra cometidos contra periodistas por parte del Estado de Israel y de Hamás. La denuncia detalla los casos de ocho periodistas palestinos asesinados por los bombardeos israelíes en la Franja y el de uno israelí, asesinado por miembros de Hamás cuando cubría el ataque a su kibutz.También recogen los casos de dos palestinos heridos, además de los ataques a las oficinas de los medios en la Franja.
Israel señala como terroristas a los periodistas de Gaza
Mientras los bombardeos israelíes provocaban la muerte de más de un periodista al día de media, varios miembros del gobierno de Netanyahu han repetido públicamente que “no pueden garantizar la seguridad” de los reporteros que trabajan en la Franja para agencias internacionales como France Press o Reuters. De ese modo, no solo estaban instándoles a dejar de informar, sino que también les diferenciaban de los profesionales que trabajan de manera independiente o para medios árabes.
Mientras Israel se jacta de incumplir los principios de protección de los periodistas recogidos en el derecho internacional, una organización dedicada a hacer presión en los medios de comunicación occidentales llamada Honest Reporting –registrada en Nueva York y con sede también en Tel Aviv- publicó una foto sin fecha de un fotoperiodista freelance junto a un líder de Hamás acompañando un artículo en el que se acusaba a cinco periodistas que trabajan para Reuters, Associated Press, The New York Times y CNN de conocer de antemano los planes de Hamás de cometer los ataques del 7 de octubre.
Poco después, la Dirección Nacional de la Diplomacia Pública, dependiente del primer ministro israelí, calificó a estos periodistas de “cómplices de crímenes contra la humanidad” y reclamó “que se tomen medidas inmediatas”. El ministro de Defensa, Benny Gantz, tuiteó que si los periodistas conocían de antemano la masacre no eran “diferentes a los terroristas y deberían ser tratados como tales”. El parlamentario Danny Danon, del partido del presidente Netanyahu Likud, pidió en la misma red social la “eliminación” de los fotoperiodistas “que participaron en la cobertura de la masacre”. Y en el periódico más leído en Israel, el ultraderechista The Jerusalem Post, se han publicado artículos presentando a periodistas de Gaza como propagandistas de Hamás.
La oficina de RSF en Oriente Medio ha manifestado al respecto que «las autoridades israelíes han pasado de afirmar que no pueden garantizar la protección de los periodistas en Gaza a amenazas de muerte contra periodistas que cubren el conflicto basándose en sospechas que hasta ahora no están respaldadas por argumentos ni pruebas. Las declaraciones que desacrediten la integridad de toda una profesión sobre esta base son inaceptables. Toleran e incitan a la persecución de quienes arriesgan sus vidas para informar la noticia. Condenamos estas declaraciones y reiteramos que atacar a periodistas que cubren conflictos es un crimen de guerra”.
El aumento de la criminalización del ejercicio periodístico por parte de Israel se da a la vez que su Parlamento ha aprobado una enmienda a la ley contra el terrorismo por la que se puede castigar hasta con un año de prisión a quien «consuma sistemática y continuamente publicaciones terroristas», que se definen como «un llamado directo a cometer un acto de terrorismo» o «palabras de elogio, simpatía o aliento por un acto de terrorismo». Una definición confusa por la que ya se está deteniendo a decenas de palestinos en Cisjordania y de israelíes -incluidos palestinos con ciudadanía israelí- por publicaciones en las redes sociales o en sus perfiles de WhatsApp críticas con los ataques a Gaza o solidarizándose con el dolor de su población.
Por su parte, el ministro israelí de Información ha tildado al canal Al Jazeera de medio de “propaganda” para “organizaciones terroristas”, poniéndolo de nuevo en el punto de mira. “Hemos encontrado un patrón en los bombardeos a los puntos de emisión de Al Jazeera en la Franja de Gaza. Está claro que lo consideran un objetivo. Y ahora, con esta reforma legal, lo que pretenden hacer es acusar de simpatía con terrorismo a quienes sigan las noticias por esta cadena, criminalizar a los espectadores”, advierte en conversación telefónica Alfonso Bauluz, periodista y presidente de Reporteros Sin Fronteras-España.
Esta organización también ha demostrado con numerosas evidencias que el ataque israelí que acabó con la vida del reportero libanés de la agencia Reuters Issam Abdallah y que hirió a otros cuatro periodistas en el sur del Líbano fue deliberado. Dos helicópteros israelíes los habían sobrevolado previamente, estaban perfectamente identificados tanto ellos como sus vehículos con letreros de prensa, había total visibilidad por su ubicación y porque estaba despejado y llevaban más de una hora en lo alto de la colina. RSF no ha podido incluir este caso en su denuncia ante la Corte Penal Internacional porque Líbano no es un Estado parte.
El 5 de noviembre, el Ejército israelí atacó mediante un dron los dos coches en los que viajaban, en el sur del Líbano, el periodista Sami Ayoub y, tras él, su hermana, su sobrina y las tres hijas de esta. Solo Ayoub y su sobrina, Huda Hijazi, sobrevivieron al ataque. «Antes les había dicho que jugaran cerca del coche porque el dron estaba sobrevolándonos. Pensé que así los israelíes sabrían que había niños en el vehículo”, declaró posteriormente en una entrevista Ayoub. «Las niñas se quemaron delante de mis ojos», añadió.
“Lo que está pasando con los periodistas palestinos es un crimen de guerra, parte de un genocidio, un intento de tapar la verdad, de ocultar el trabajo que están haciendo. Nuestros periodistas deberían estar protegidos por las leyes internacionales”, lamenta Assad desde Jerusalén. “Es una vergüenza que quienes hablan de libertad de prensa y de derechos humanos callen ahora con su silencio cómplice. Ese silencio es una carta blanca para que Israel siga adelante. Espero que algún día podamos ir a la Corte Penal Internacional y castigar a cada uno de los responsables que han matado a periodistas. Pido protección y seguridad para que no volvamos a perder a ningún otro colega”, añade. Assad intenta hacer seguimiento de sus compañeros en Gaza, pero resulta difícil por los cortes continuos que Internet aplica a la Franja.
“Lo que más les preocupa a los periodistas de Gaza es conseguir comida, agua, un lugar donde estar seguros. Pero no lo hay”, añade Assad, quien recuerda que desde hace años Israel impide introducir en Cisjordania o Gaza chalecos y cascos antibalas. “En el paso egipcio de Rafah también hay decenas de equipos de protección, pero no dejan meterlos”, añade.
“Con sus bombardeos arbitrarios, las Fuerzas armadas israelíes están eliminando a un periodista tras otro sin restricciones. Todo ello mientras sus inaceptables comentarios delatan un abierto desprecio por el derecho internacional humanitario”, ha declarado Jonathan Daghuer, responsable de Reporteros sin Fronteras en Oriente Próximo. Su homólogo en España, Alfonso Bauluz, lo resume así: “Gaza se ha convertido en un cementerio de periodistas”.
Más de 1.000 periodistas y una treintena de organizaciones españolas, mexicanas e internacionales han firmado un manifiesto pidiendo a Israel el cese inmediato de los bombardeos, la protección de la población civil y de los periodistas, el acceso de la prensa internacional a la Franja, y a Hamás la liberación inmediata de los rehenes.
Periodistas asesinados por ataques israelíes en Gaza
7 de noviembre de 2023
Yahya Abu Manih, asesinado en un bombardeo en la Franja de Gaza.
Mohamed Abu Hassira, asesinado junto a 42 miembros de su familia en un bombardeo contra su casa en Gaza.
5 de noviembre de 2023
Mohamed Al Jaja, asesinado junto a su mujer y sus dos hijas en un bombardeo contra su casa en el barrio Al-Naser, al norte de Gaza.
2 de noviembre de 2023
Mohammed Abu Hatab, asesinado junto a 11 familiares en un bombardeo contra su casa en Khan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza.
1 de noviembre de 2023
Majd Fadl Arandas, asesinado por un bombardeo israelí en el campo de refugiados Nuseirat.
Iyad Matar, asesinado junto a su madre en un bombardeo en la Franja de Gaza.
31 de noviembre de 2023
Imad Al-Wahidi, asesinado junto a miembros de su familia en un bombardeo en la Franja de Gaza.
Majed Kashko, asesinado junto a miembros de su familia en un bombardeo israelí en la Franja de Gaza.
30 de octubre de 2023
Nazmi Al-Nadim, asesinado con miembros de su familia en un bombardeo de su casa en Zeitoun, en el este de Gaza.
27 de octubre de 2023
Yasser Abu Namous, asesinado junto a su familia en un bombardeo en Khan Yunis.
26 de octubre de 2023
Duaa Sharaf, asesinada junto a su hija en su casa en el barrio de Yarmouk, en Gaza.
25 de octubre 2023
Saed Al-Halabi, asesinado en un bombardeo contra el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de la Franja de Gaza.
Ahmed Abu Mhadi, asesinado en un bombardeo israelí.
Salma Mkhaimer, asesinada junto a su hija en un bombardeo israelí en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.
23 de octubre de 2023
Mohammed Imad Labad, asesinado en un bombardeo israelí en el barrio Sheikh Radwan de la ciudad de Gaza.
22 de octubre de 2023
Roshdi Sarraj, asesinado en un bombardeo israelí en la Franja.
20 de octubre de 2023
Mohammed Ali, asesinado por un bombardeo israelí en la Franja de Gaza.
19 de octubre de 2023
Khalil Abu Aathra, asesinado junto a su hermano en un bombardeo israelí en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.
18 de octubre de 2023
Sameeh Al-Nady, asesinado en un bombardeo israelí en la Franja de Gaza.
17 de octubre de 2023
Mohammad Balousha, asesinado en un bombardeo israelí en el barrio Al-Saftawi, en el norte de Gaza.
Issam Bhar, asesinado por un bombardeo israelí en el norte de la Franja de Gaza.
16 de octubre de 2023
Abdulhadi Habib, asesinado con varios miembros de su familia por un ataque con misil en su casa cerca del barrio Zeitoun, al sur de la ciudad de Gaza.
14 de octubre de 2023
Yousef Maher Dawas, asesinado junto a su familia por un misil lanzado contra su vivienda en Beit Lahia, en el norte de la Franja de Gaza.
13 de octubre de 2023
Husam Mubarak, asesinado por un bombardeo israelí en el norte de la Franja de Gaza.
12 de octubre de 2023
Ahmed Shehab, asesinado junto a su mujer y a sus tres hijos por un bombardeo israelí en su casa en Jabalia, en el norte de la Franja de Gaza.
11 de octubre de 2023
Mohamed Fayez Abu Matar, asesinado por un bombardeo israelí en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.
10 de octubre de 2023
Salam Mema, asesinada por un bombardeo contra el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de la Franja de Gaza.
Saeed al-Taweel, asesinado cuando aviones de combate israelíes atacaron una zona del distrito Rimal, en la ciudad de Gaza, donde tienen sus sedes numerosos medios de comunicación.
Mohammed Sobh, asesinado cuando aviones de combate israelíes atacaron una zona del distrito Rimal, en la ciudad de Gaza, donde tienen sus sedes numerosos medios de comunicación.
Hisham Alnwajha, herido por los bombardeos israelíes en el distrito Rimal. Murió días después.
8 de octubre de 2023
Assaad Shamlakh, asesinado junto a nueve miembros de su familia en un bombardeo israelí de su casa en Sheikh Ijlin, en el sur de la Franja de Gaza.
Mohammad Al-Salhi, asesinado cerca de un campo de refugiados en la Franja de Gaza.
Mohammad Jarghoun, asesinado en el este de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.
Ibrahim Mohammad Lafi, asesinado en el cruce de Erez, en la Franja de Gaza.
Artículo original de La Marea