La miniserie británica Adolescencia, disponible en Netflix, ha suscitado un amplio debate por su cruda y realista representación de los problemas de la adolescencia en la era digital. Entre los temas tratados destacan el discurso del odio, el uso simbólico de los emoticonos, las dificultades de los adolescentes contemporáneos, la teoría del 80/20 y la cultura incel.
La trama como pretexto para un análisis social
La serie Adolescencia, recientemente estrenada en Netflix, ha escalado en los últimos días las listas de éxitos, destacando no solo por su atrevida elección estilística —cada episodio está rodado en un único plano secuencia—, sino sobre todo por su profundo análisis de los complejos temas que afligen a los adolescentes en la era digital.
En el centro de la narración encontramos a Jamie Miller, un chico de trece años acusado de asesinato.
La escena de la detención, que abre la serie, es especialmente intensa: las fuerzas del orden irrumpen en la casa de Jamie con una operación armada, creando un clima de terror y confusión. Esta representación ha suscitado críticas por su verosimilitud y por la reflexión que propone sobre el papel de las instituciones en el tratamiento de casos que involucran a menores.
Sin embargo, la serie se aleja del esquema clásico de investigación y se centra en explorar el contexto social y cultural que ha llevado a un joven a cometer un acto tan extremo. La historia de Jamie se convierte así en un pretexto para abordar temas actuales y complejos como el acoso online, la radicalización digital y la cultura incel.
El lenguaje oculto de los emojis
Uno de los aspectos más sorprendentes de la serie es la revelación del significado oculto detrás de algunos emojis aparentemente inofensivos. En una escena crucial, el hijo del inspector Luke Bascome se compadece de su padre al ver cómo sus investigaciones se centran en aspectos que, como adulto, ignora; le explica a su padre cómo símbolos como la píldora roja, la dinamita, el número «100» e incluso las judías se utilizan como códigos dentro de la comunidad incel para comunicar su pertenencia e ideologías misóginas. Una revelación que pone de manifiesto la brecha generacional en la comprensión del lenguaje digital de los jóvenes y la urgente necesidad de educar a los adultos sobre estos nuevos códigos comunicativos.
La cultura incel y la teoría del 80/20
La serie profundiza en la cultura incel, acrónimo de «involuntary celibate» (celibato involuntario), que identifica a los hombres que se consideran privados del derecho a las relaciones sexuales y afectivas. Estos individuos suelen desarrollar un profundo resentimiento hacia las mujeres, culpándolas de su condición. Un concepto central en esta ideología es la «teoría del 80/20», según la cual el 80 % de las mujeres solo se sentirían atraídas por el 20 % de los hombres, dejando al 80 % restante excluido y frustrado. Esta teoría, basada en una distorsión del principio de Pareto, alimenta sentimientos de injusticia y odio, contribuyendo a la radicalización de jóvenes como Jamie.
El discurso del odio y el silencio de los adolescentes
La serie pone de relieve la amplia difusión del discurso del odio entre los jóvenes y su tendencia a no reaccionar ante contenidos ofensivos. Según la investigación EU Kids Online realizada en 2018, el 31 % de los jóvenes de entre 11 y 17 años ha visto mensajes de odio o comentarios ofensivos de carácter racista en Internet, pero el 58 % de ellos no intervino para detener la violencia. Este silencio puede atribuirse a varios factores, entre ellos el miedo a las represalias, la indiferencia o la falta de herramientas adecuadas para hacer frente a estas situaciones. Recientemente, una revisión sistemática publicada en Frontiers in Psychology analizó 18 estudios realizados entre 2015 y 2021, centrándose en jóvenes de entre 5 y 21 años. Los resultados indican que la exposición al discurso del odio es más frecuente que la victimización o la participación activa, con tasas de exposición que oscilan entre el 26 % y el 36 % entre los adolescentes en diferentes contextos nacionales.
Las culpas del algoritmo
Varios estudios han puesto de manifiesto que los algoritmos de las redes sociales pueden contribuir a la radicalización de los jóvenes. Un informe publicado en Gran Bretaña ha revelado que los algoritmos amplifican contenidos misóginos, como la cosificación y el descrédito de las mujeres, lo que influye negativamente en la salud mental de los adolescentes.
Además, Kaitlyn Regehr, de UCL-Information Studies, ha observado que los procesos algorítmicos en plataformas como TikTok se aprovechan de las vulnerabilidades de los jóvenes, gamificando contenidos nocivos y normalizando visiones peligrosas entre los adolescentes.
La responsabilidad de los adultos
Jack Thorne, guionista de la serie, destaca que Jamie no es simplemente el producto de la manosfera, sino también de unos padres ausentes, una escuela desinteresada y una sociedad que no ha sabido intervenir. Este mensaje pone de relieve la importancia de un apoyo social fuerte y presente para prevenir la deriva hacia ideologías peligrosas.
En respuesta a estos fenómenos, algunos programas escolares están incluyendo módulos de educación digital y afectiva, con el objetivo de ayudar a los jóvenes a reconocer y combatir el discurso del odio. En Noruega, por ejemplo, se ha introducido un curso obligatorio sobre «habilidades de ciudadanía digital», que aborda temas como la responsabilidad en línea, el respeto a la diversidad y la deconstrucción de los estereotipos de género.
Sin embargo, Noruega es uno de los pocos países europeos que evalúa las competencias digitales de los estudiantes en todos los niveles de la educación. En particular, en la escuela primaria, la competencia digital se considera una materia interdisciplinaria, mientras que en la escuela secundaria inferior y superior, los estudiantes noruegos son evaluados tanto con pruebas específicas de tecnología como a través de preguntas incluidas en las pruebas de matemáticas y ciencias.
La UNESCO también promueve directrices globales para una educación digital responsable, recomendando la inclusión de la alfabetización mediática en los planes de estudios desde la escuela primaria.
La serie Adolescencia se inscribe en un contexto cultural en el que la narración puede ser una herramienta poderosa para sensibilizar sobre temas complejos como el discurso del odio y la radicalización juvenil. A través de una narración intensa y envolvente, la serie nos invita a mirar más allá de las apariencias, a comprender las señales ocultas y a intervenir a tiempo para apoyar a los jóvenes en su camino hacia la madurez.