¿PERMITIRÁN LOS NUEVOS CONSUMIDORES QUE TODO SE PINTE DE VERDE?
La Unión Europea prepara nuevas normas para combatir el “greenwashing”
Recientemente, el Parlamento Europeo y el Consejo acordaron en principio adoptar nuevas medidas para combatir las prácticas engañosas, como el “greenwashing”, y garantizar a los consumidores una información fiable y de calidad sobre los productos que consumen, en el contexto actual de transición hacia la sostenibilidad en las empresas.
Así, ya no se permitirán expresiones genéricas en la caracterización de los productos como “respetuoso con el medio ambiente”; “natural”; “ecológico”; “biodegradable”; o “neutro para el medio ambiente”, salvo en los casos en los que se demuestre la veracidad de la información.
Otros ejemplos de prácticas que se suprimirán, según las nuevas normas que se preparan en la UE, son el etiquetado no certificado como ambientalmente responsable y socialmente justo, los incentivos a los consumidores para que sustituyan los consumibles antes de la fecha de caducidad, las afirmaciones sobre la posibilidad de arreglar el producto cuando no es así, o las menciones de productos con un impacto medioambiental neutro, reducido o positivo asociado a la compensación de las emisiones de carbono.
Con la introducción de requisitos de información más detallados sobre el impacto de las empresas en estas cuestiones, basados en criterios comunes acordes con los objetivos climáticos de la UE, el Parlamento espera poner fin a este problema. Estas obligaciones también garantizan los derechos humanos, el medio ambiente y las normas sociales.
Estas medidas forman parte de un marco normativo más amplio, integrado en la estrategia europea para la sostenibilidad, que dictará la nueva forma en que las empresas se relacionarán con el mercado.
Aunque en un principio no abarcará a todas las empresas, esta transición, conocida como ESG (Environmental, Social and Corporate Governance), es inevitable para todas las pequeñas y medianas empresas que quieran salvaguardar sus ventajas competitivas en el contexto del mercado global.
En esencia, estas prácticas ESG son el compromiso de las empresas con el futuro, ya sea el bienestar de sus empleados, de las comunidades o la protección del planeta. Estas prácticas fueron creadas por el Pacto Mundial de las Naciones Unidas (ONU), en colaboración con el Banco Mundial, en 2004, y están relacionadas con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), también creados por la ONU.
En la cumbre sobre el clima COP28, celebrada recientemente en Dubái (Emiratos Árabes Unidos), el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió de que 2023 será el año más caluroso jamás registrado, afirmando que “estamos experimentando el colapso climático en tiempo real y el impacto es devastador”, recordando el aumento de incendios, inundaciones y olas de calor que ha sufrido el planeta en los últimos años.
En la COP28, Guterres también afirmó que los líderes mundiales “deben presentar propuestas claras para la próxima ronda de planes de acción climática”.
Con anterioridad, António Guterres ya había tomado medidas en respuesta al auge del “greenwashing”. El secretario general de la ONU creó un «Grupo de Expertos de Alto Nivel» encargado de desarrollar normas más claras para los compromisos de emisiones netas cero por parte de empresas, instituciones financieras, ciudades y regiones, y de acelerar su aplicación.
En el informe “Integrity Matters: Net Zero Commitments by Businesses, Financial Institutions, Cities and Regions”, el Grupo de Expertos esboza diez recomendaciones para unos compromisos de emisiones netas cero creíbles y responsables, y detalla también las consideraciones necesarias en cada etapa para alcanzar el objetivo de emisiones netas cero y hacer frente a la crisis climática.
Para acelerar aún más esta transición climática, Guterres convocó una Cumbre sobre la Ambición Climática en septiembre de este año en la sede de la ONU en Nueva York, centrada en la ambición, la credibilidad y la aplicación, sin dejar “espacio para los que se echan atrás, los ecologistas, los que esconden culpas o los que reactualizan los anuncios de años anteriores”.
Pero ¿cuál es el papel de los nuevos consumidores en esta transición ecológica?
A pesar del largo camino que queda por recorrer, los informes muestran que los consumidores están más preocupados por las cuestiones medioambientales que hace 10 años.
Según DECO PROTESTE, la asociación portuguesa que promueve la protección del consumidor, alrededor del 57% de los consumidores de la Unión Europea son receptivos a las alegaciones medioambientales a la hora de elegir y comprar.
Por ello, cada vez más consumidores miran las opciones de cada producto y buscan la “etiqueta ecológica (ECOLABEL)”. Se trata de la etiqueta ecológica europea, certificada por la Unión Europea y verificada por organizaciones competentes, cuyo objetivo es garantizar que un producto o servicio tiene un buen comportamiento medioambiental.
De este modo, los consumidores saben que se trata de una marca fiable y que toda su cadena de producción y consumo es más transparente.
Por todo ello, los consumidores demandan transparencia a las empresas y exigen cada vez más que se adhieran a la etiqueta europea, ya que para obtenerla los fabricantes deben cumplir una serie de requisitos ecológicos.
Además, alrededor del 43% de los consumidores portugueses están de acuerdo en que la experiencia de compra es más positiva cuando se les presentan alternativas sostenibles. Así lo revela el estudio “Observador Cetelem Consumo Sustentável” del Banco Cetelem.
Sin embargo, más de la mitad de los encuestados (54%) piden más recomendaciones sobre los productos, sobre todo los que tienen entre 25 y 44 años (58%), lo que demuestra una falta de transparencia.
El estudio “Sustainable Packaging. Has the COVID-19 pandemic changed everything?”, realizado por DS Smith e Ipsos Mori Research, revela que alrededor del 85% de los consumidores europeos valoran los envases de productos sostenibles. En la investigación participaron más de 9.000 personas de 12 países europeos, entre ellos Portugal, España e Italia, y revela que la conciencia medioambiental y el aumento de los comportamientos responsables con el medio ambiente y socialmente justos están cada vez más de moda.
Según el estudio, el 85% de los encuestados prefiere comprar productos que utilicen la menor cantidad posible de envases y alrededor del 29% admite que ha dejado de comprar determinadas marcas porque no son sostenibles.
Por ello, los consumidores exigen que las organizaciones y las empresas adopten soluciones de envasado circular que respondan a los verdaderos retos a los que se enfrenta el medio ambiente en la actualidad.
En resumen, la mayoría de los consumidores de la UE son receptivos a las alegaciones medioambientales y desempeñan un papel cada vez más activo en la lucha contra el “greenwashing”. La transparencia y la responsabilidad medioambiental son factores que los consumidores consideran decisivos para desenmascarar esta práctica. La elección de productos y servicios verdaderamente «verdes» es decisiva, por lo que urgen medidas cada vez más concretas para regular y combatir este supuesto “marketing verde”.
Documentos justificativos:
- Broken Record
- Business of Sustainability Index
- Integrity Matters: Net Zero Commitments By Businesses, Financial Institutions, Cities and Region
- UNFCCC Secretariat Recognition and Accountability Framework Draft Implementation Plan with respect to Net-Zero Pledges of non-State actors and Integrity Matters
- Corporate Climate Responsibility Monitor 2023
- UNFCCC Secretariat Recognition and Accountability Framework for non-Party stakeholder climate action.
- Sustainable Packaging. Has the COVID-19 pandemic changed everything?
Links:
- Zero tolerance for greenwashing», Guterres says at report launch | United Nations
- IAPMEI – Transição ESG | UE prepara novas regras de combate ao ‘greenwashing’ na divulgação de produtos
- Nuevas normas de información corporativa sobre sosteniblidad para multinacionales| Actualidad | Parlamento Europeo (europa.eu)