Por primera vez en la historia, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se dispone a entrar en una conferencia sobre el clima con un pabellón propio, una medida que ha causado consternación entre activistas y observadores de las negociaciones sobre el clima. En el centro de la polémica está la presencia de la OPEP en la Conferencia sobre el Clima de Dubai COP (28), con un pabellón situado dentro del espacio oficial de las Naciones Unidas.
Esto representa un giro sin precedentes, ya que nunca antes la OPEP y el sector petrolero en general habían tenido un espacio dedicado dentro de una conferencia sobre el clima. Haitham al-Ghais, secretario general de la OPEP, confirmó la participación de la organización en la COP (28): «Espero que todas las voces puedan ser escuchadas en la COP (28). La industria petrolera estará allí, y nosotros estaremos con ellos». Estas palabras fueron pronunciadas durante un acto celebrado en Fujairah, en los Emiratos Árabes Unidos, en el que participaron empresas y gobiernos vinculados al sector petrolero.
La decisión de acoger a la OPEP y al sector de las energías fósiles ha suscitado mucha polémica, sobre todo por el papel predominante de estos actores en el cambio climático. Sin embargo, según el presidente designado de la COP, sultán al-Jaber, el objetivo es implicar a la industria de los combustibles fósiles como parte integrante de la solución a la crisis climática.
A pesar de estas intenciones, la noticia ha aumentado aún más la inquietud entre los activistas climáticos y los observadores internacionales del proceso de negociación, debido a las dudas sobre la presidencia de la COP28, encabezada por al-Jaber. Las críticas han ido en aumento desde principios de año, cuando al-Jaber, también consejero delegado de la mayor petrolera estatal de Emiratos Árabes Unidos fue nombrado jefe de las negociaciones sobre el clima en Dubái. A pesar de las críticas por el evidente conflicto de intereses, al-Jaber reiteró que sus acciones no favorecerán a las empresas de combustibles fósiles.
El malestar aumentará aún más a medida que avance la COP, ya que algunos países quieren incluir en la agenda la cuestión de fijar un calendario para la eliminación progresiva de los combustibles fósiles. A pesar de la defensa de la presencia de la industria petrolera en las negociaciones, la presidencia de la COP está estudiando soluciones para mitigar las críticas.
Según el Financial Times, entre las propuestas de al-Jaber para aliviar la presión figura la idea de colaborar con la industria de los combustibles fósiles para reducir las emisiones del sector. El presidente designado de la COP declaró: «No quiero que esta industria sea vista en modo alguno como hostil al progresivo abandono de la energía fósil».