Ante el desafío mundial del «greenwashing», la ONU y los consumidores se movilizan por la transparencia y la acción auténtica en la lucha real contra el cambio climático.
El término «greenwashing», una combinación de «green» y «whitewashing», se refiere a la práctica de empresas y organizaciones de transmitir una falsa impresión de sus iniciativas medioambientales.
Esto se hace a través del marketing y las comunicaciones que sugieren que sus productos, servicios u operaciones son más responsables con el medio ambiente o tienen menos impacto ambiental del que realmente tienen. El objetivo es sacar provecho de la creciente preocupación medioambiental sin aplicar cambios significativos o efectivos.
El « greenwashing » puede adoptar muchas formas, como afirmaciones vagas sin pruebas, el uso de etiquetas de sostenibilidad que no están reconocidas oficialmente y la promoción de esfuerzos medioambientales menores mientras que otras prácticas perjudiciales más significativas siguen sin abordarse.
Algunos ejemplos son las afirmaciones genéricas de que los productos son «verdes» sin pruebas, las compensaciones de emisiones presentadas como soluciones definitivas y las etiquetas de sostenibilidad basadas en sistemas de certificación no aprobados.
El mayor problema radica en que el «greenwashing» no sólo engaña a los consumidores, sino que tiene implicaciones más amplias para la lucha contra el cambio climático.
Esto se debe a que, al desviar la atención de las soluciones genuinas y retrasar la adopción de prácticas verdaderamente responsables con el medio ambiente, crea obstáculos significativos para el progreso medioambiental. Además, el greenwashing puede socavar la confianza en las acciones empresariales responsables con el medio ambiente, haciendo más difícil que los consumidores identifiquen y apoyen a las empresas que están realmente comprometidas con acciones responsables con el medio ambiente.
El enfoque de la ONU sobre greenwashing
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha redoblado sus esfuerzos para combatir el greenwashing, especialmente tras los compromisos adquiridos en el marco del Acuerdo de París de 2015.
Además, con el aumento del número de empresas que prometen reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, la ONU ha reconocido la necesidad crítica de garantizar la transparencia y la integridad de estas afirmaciones, muchas de las cuales se basan en dudosos planes de compensación y no en reducciones reales de las emisiones.
Por ello, en respuesta al crecimiento del «greenwashing», la ONU creó un Grupo de Expertos de Alto Nivel con la tarea de desarrollar normas más estrictas y claras para las promesas de emisiones cero de empresas, instituciones financieras, ciudades y regiones, y acelerar su aplicación.
En el informe Integrity Matters, el Grupo de Expertos esbozó diez recomendaciones, detallando las consideraciones necesarias para cada paso hacia la consecución de cero emisiones netas (net zero) de gases de efecto invernadero. También se puso a disposición de las empresas una lista de control a seguir, en la que se subraya la importancia de una actuación auténtica y responsable. De esta lista, cabe destacar los 5 puntos principales:
1. Anunciar el objetivo “Net Zero” (neutralizar las emisiones de gases de efecto invernadero):
La ONU subraya que el compromiso de neutralizar las emisiones debe ser asumido públicamente por la dirección de las empresas y organizaciones, además de incluir objetivos para 2025, 2030 y 2035. Estos objetivos deben demostrar que contribuirán a lograr una reducción del 50% de las emisiones mundiales para 2030 y a mantener un nivel neto cero después de 2050.
2. Crear un plan de transición
Fijar un objetivo es un paso inicial crucial, pero desarrollar un plan de transición detallado y realista es esencial para garantizar la viabilidad y eficacia de estos compromisos. El plan debe actualizarse con frecuencia, concretando las promesas y destacando las incertidumbres, suposiciones y barreras.
3. Aumentar la transparencia y la rendición de cuentas
La ONU insiste en la necesidad de una mayor transparencia y rendición de cuentas, exigiendo que las organizaciones publiquen todos los detalles de sus compromisos, objetivos y planes, para que el público pueda evaluar sus avances y compararlos con otros.
4. Eliminar los combustibles fósiles y ampliar las energías renovables
Es vital detener la explotación de nuevas reservas de combustibles fósiles e invertir en alternativas renovables. Los planes de transición deben incluir objetivos para aumentar el uso de energías renovables, garantizando una transición justa para las comunidades afectadas.
5. Utilización de créditos de carbono voluntarios
Los créditos de carbono voluntarios son una herramienta para compensar las emisiones pagando a la otra parte para que reduzca las suyas. La ONU sostiene que, con una regulación adecuada, estos créditos pueden dar lugar a reducciones verificables de las emisiones mundiales y contribuir a descarbonizar las economías en desarrollo.
¿Cómo combatir el greenwashing?
Identificar el greenwashing es una destreza crucial para los consumidores que quieren tomar decisiones responsables con el medio ambiente. Por eso hemos enumerado algunos puntos importantes para ayudar a identificar y actuar contra el greenwashing:
1. Verificar las afirmaciones y certificaciones: una de las formas más directas de identificar el greenwashing es investigar las afirmaciones medioambientales de productos y servicios. Las empresas suelen utilizar términos poco precisos como «natural», «ecológico» o «respetuoso con el medio ambiente» sin aportar pruebas concretas. Es esencial buscar productos que cuenten con certificaciones medioambientales reconocidas y transparentes emitidas por organizaciones creíbles.
2. Evaluar los compromisos reales: las empresas realmente comprometidas con acciones responsables con el medio ambiente van más allá de las afirmaciones de marketing. Invierten en prácticas responsables con el medio ambiente en toda la cadena de valor, desde el abastecimiento de materias primas hasta la fabricación y la distribución. Evaluar el compromiso real de una empresa con el medio ambiente requiere analizar sus informes de sostenibilidad, sus políticas medioambientales y sus iniciativas concretas para reducir el impacto ambiental.
3. Desconfíe de las afirmaciones ambiguas: el «greenwashing» suele manifestarse a través de afirmaciones ambiguas y no verificables. Frases como «envase ecológico» o «producto verde» pueden inducir a error si no van acompañadas de información específica y verificable. Es importante cuestionar y buscar detalles sobre qué es exactamente lo que hace que un producto o servicio sea responsable con el medio ambiente.
4. Investigue antes de comprar: un consumidor informado es el mayor enemigo del greenwashing. Investigar de forma independiente las prácticas medioambientales de las empresas, comparar productos y servicios en función de criterios de sostenibilidad y compartir información con otros consumidores son formas eficaces de promover una economía más ecológica y justa.
Conclusión
El greenwashing, estrategia engañosa que trata de maquillar a las organizaciones y sus productos con un aura de actuación responsable con el medio ambiente que no se corresponde con la realidad, es un problema persistente en la escena mundial. Esta manipulación no sólo desvía la atención de las iniciativas auténticamente ecológicas, sino que también pone en peligro la confianza pública y obstaculiza la capacidad de los consumidores para tomar decisiones informadas y responsables con el medio ambiente.
En este contexto, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha tomado medidas decisivas para hacer frente al greenwashing, reconociendo la importancia de las acciones auténticas y transparentes para alcanzar los objetivos medioambientales mundiales, como los esbozados en el Acuerdo de París de 2015. La creación de un Grupo de Expertos de Alto Nivel para desarrollar normas más claras y sólidas para las promesas de cero emisiones de gases de efecto invernadero es un paso crucial en esta dirección.
Además de los esfuerzos de la ONU, los consumidores desempeñan un papel vital en la lucha contra el greenwashing. Comprobando críticamente las afirmaciones medioambientales, escudriñando los compromisos reales de las empresas con acciones responsables con el medio ambiente, desconfiando de las afirmaciones ambiguas e investigando antes de comprar, los consumidores pueden presionar para conseguir una mayor autenticidad y responsabilidad.
En conclusión, hacer frente al greenwashing es una tarea compleja que requiere los esfuerzos conjuntos de organizaciones internacionales, gobiernos, empresas y consumidores.