La desinformación climática amenaza la acción contra el cambio climático, minando la confianza y retrasando las soluciones.
La desinformación climática está constituida por contenidos engañosos o inexactos que ponen en serio peligro la lucha contra el cambio climático. Estas narrativas nocivas tienden a desvirtuar la existencia o los impactos del cambio climático, así como la inequívoca influencia del hombre en estos procesos, contradiciendo el consenso científico establecido por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y los objetivos del Acuerdo de París.
Esto se debe a que esta desinformación suele distorsionar los datos científicos, ya sea por omisión o por selección sesgada de la información, con el objetivo de erosionar la confianza en la ciencia del clima, las instituciones centradas en el clima, los expertos y las soluciones propuestas.
Una práctica común incluye la tergiversación de iniciativas, que se presentan como beneficiosas para los objetivos climáticos, pero que en realidad contribuyen al calentamiento global o contradicen el consenso científico sobre las medidas de mitigación y adaptación.
En 2022, por primera vez, el IPCC reconoció la desinformación climática como un problema crucial. Este reconocimiento pone de relieve cómo dicha desinformación no solo genera incertidumbre, sino que también dificulta la identificación de riesgos, lo que provoca retrasos en las medidas de mitigación y adaptación.
Además de reconocer la importancia de la desinformación, el IPCC destacó el papel de los medios de comunicación, tanto en línea como fuera de línea, en la amplificación de mensajes contrarios y sin base científica, contribuyendo a la propagación de la desinformación.
Esta situación es tan grave que el último informe «Global Risks 2024», publicado por el «Foro Económico Mundial», destaca que las trayectorias relacionadas con el calentamiento global y sus consecuencias en los sistemas terrestres (cambio climático), así como los riesgos medioambientales, siguen siendo dominantes en el escenario de riesgos. La desinformación también ha surgido como uno de los principales riesgos de este año.
Mecanismos de desinformación climática
La desinformación climática puede manifestarse de varias formas, entre ellas:
● Negación directa: Afirmaciones que contradicen directamente el consenso científico, como negar que el calentamiento global sea real o esté causado por actividades humanas.
● Falsa equivalencia: Presentación de teorías no científicas como igualmente válidas que las teorías científicas, creando una apariencia de debate donde hay consenso.
● Selectividad de los datos: Uso de datos aislados o fuera de contexto para argumentar en contra de pruebas científicas ampliamente aceptadas.
● Teorías conspirativas: Proposición de que el cambio climático es un bulo o una conspiración creada por determinados grupos para lograr objetivos ocultos.
Lo que dicen las investigaciones:
Una investigación realizada por la Universidad de Oxford en colaboración con el Instituto Reuters, titulada «Climate change news use one year on», analiza el uso de las noticias sobre el cambio climático y las actitudes del público al respecto.
En pocas palabras, el estudio señala un ligero aumento de la atención prestada a las noticias sobre el clima, con un significativo 73% de confianza en los científicos como fuentes más fiables.
El informe también hace hincapié en la preocupación constante por la desinformación climática y destaca la demografía del consumo de noticias sobre el clima, mostrando que las personas mayores de 55 años acceden más a las noticias sobre el clima que los jóvenes de 18 a 24 años.
El estudio utilizó los datos de una encuesta para conocer la preocupación del público por la desinformación y la frecuencia con la que encuentran desinformación sobre el clima en diferentes plataformas y fuentes. Alrededor del 27% de los encuestados cree haber encontrado desinformación climática en la última semana, una cifra similar a la encontrada para la desinformación sobre política y políticas gubernamentales. Además, los encuestados identificaron a políticos, partidos políticos y gobiernos como fuentes frecuentes de desinformación sobre el cambio climático.
Impacto en los jóvenes
Los jóvenes, que suelen participar más activamente en las redes sociales, están especialmente expuestos a la desinformación climática. Este grupo es también muy vulnerable a los efectos del cambio climático, por lo que es crucial que tengan acceso a información precisa para participar eficazmente en las decisiones políticas y comunitarias.
La educación es clave en la lucha contra la desinformación. Los programas educativos centrados en la alfabetización científica y crítica pueden dotar a los jóvenes de herramientas importantes para ayudarles a identificar fuentes fiables, comprender los métodos científicos y la naturaleza del consenso científico, y reconocer las técnicas retóricas y manipuladoras utilizadas en la difusión de estos contenidos.
Además, el compromiso crítico en las redes sociales es otro aspecto clave para combatir estas prácticas. Se puede animar a los jóvenes a:
● Utilizar las plataformas de los medios sociales para difundir información correcta y apoyar iniciativas para combatir la desinformación.
● Participar en campañas de sensibilización y educación entre iguales.
● Desarrollar y participar en redes de apoyo que promuevan una acción climática positiva e informada.
CAAD: Lucha contra la desinformación climática a escala mundial
Una organización ha destacado por su compromiso en la lucha contra la desinformación climática: el Climate Accountability and Disinformation Center (CAAD) es una iniciativa dedicada a combatir la difusión de información engañosa y falsa sobre cuestiones climáticas en todo el mundo.
Con el objetivo de estimular un diálogo mundial sobre soluciones climáticas eficaces, el CAAD aúna esfuerzos en iniciativas políticas, de investigación y de rendición de cuentas. La organización se ha comprometido a derribar las barreras que crea la desinformación, que socava los debates constructivos sobre el medio ambiente y dificulta la identificación de los riesgos relacionados con el cambio climático.
Uno de los frentes de actuación de CAAD es defender la responsabilidad de las grandes empresas tecnológicas por su papel en la difusión de desinformación climática en sus plataformas. Mediante el desarrollo de políticas, estrategias de comunicación e investigaciones, la organización pretende presionar a estas empresas para que asuman su responsabilidad y apliquen medidas eficaces para frenar la difusión de información falsa.
Conclusión
La desinformación climática supone una importante amenaza para los esfuerzos mundiales de lucha contra el cambio climático. No sólo contradice el consenso científico establecido, sino que también pone en peligro la confianza pública en la ciencia y las políticas climáticas.
Mediante prácticas como el negacionismo absoluto, las falsas equivalencias, la selección sesgada de datos y las teorías conspirativas, la desinformación climática crea incertidumbre y retrasa las necesarias medidas de mitigación y adaptación.
Además, la influencia de las redes sociales en la amplificación de estas narrativas acientíficas es un poderoso vector para la difusión de esta información engañosa. Sin embargo, la educación en alfabetización científica y el compromiso crítico en las redes sociales pueden convertirse en herramientas esenciales para que los jóvenes y la población en general combatan eficazmente la desinformación.