La mitigación del cambio climático es una de las cuestiones más importantes de la actualidad y por ello se incluye en el inventario mundial.
La mitigación, en el contexto del cambio climático, se refiere a las acciones y estrategias adoptadas para reducir o minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera y frenar así el ritmo del calentamiento global y sus impactos negativos sobre el clima de la Tierra. Estas acciones pretenden limitar la cantidad de calor retenida en la atmósfera, contribuyendo a estabilizar el clima y a evitar las consecuencias más graves del cambio climático.
Por lo tanto, no se puede subestimar la urgencia de la mitigación para evitar los peores impactos de estos cambios, y es una parte fundamental de la respuesta al cambio climático, y el Balance Mundial así lo subraya:
1. Velocidad y profundidad. Para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 ºC por encima de los niveles preindustriales, tal y como establece el Acuerdo de París, es necesario aplicar reducciones profundas, rápidas y sostenidas de las emisiones de GEI. Esto requiere una transformación radical de los sistemas energéticos, el transporte, la agricultura y la industria en todo el mundo.
2. Justicia y equidad. Las acciones de mitigación deben ser justas y equitativas, teniendo en cuenta las diferentes responsabilidades y capacidades históricas de los países. Las naciones más industrializadas tienen una mayor responsabilidad debido a sus emisiones pasadas, mientras que las naciones en desarrollo necesitan apoyo financiero y tecnológico para hacer la transición hacia economías bajas en carbono.
3. Cambios en la industria y la energía. Descarbonizar la industria y el sector energético es uno de los mayores retos de mitigación. Esto implica la aplicación de tecnologías bajas en carbono, el aumento de la eficiencia energética y la transición hacia fuentes de energía renovables a gran escala.
Oportunidades en la mitigación global
1. Transiciones justas: Las transiciones justas, que tienen en cuenta el impacto socioeconómico de las acciones de mitigación, ofrecen oportunidades para la creación de empleo y el crecimiento económico. Esto incluye el desarrollo de industrias de energías renovables, la eficiencia energética y la restauración de los ecosistemas.
2. Innovación tecnológica: La búsqueda de soluciones tecnológicas innovadoras desempeña un papel clave en la mitigación global. Esto incluye el desarrollo de tecnologías de captura y almacenamiento de carbono, energía limpia y transporte sostenible.
3. Preservación de los ecosistemas: La preservación y restauración de los ecosistemas naturales, como los bosques y los océanos, no sólo reducen las emisiones de GEI, sino que también desempeñan un papel fundamental en la limitación del aumento de la temperatura global.
La mitigación global del cambio climático es un reto complejo, pero esencial para hacer frente a las amenazas que plantea el cambio climático. Los retos incluyen la necesidad de una acción rápida y de largo alcance, así como la búsqueda de justicia y equidad en la distribución de los esfuerzos de mitigación. Sin embargo, también existen importantes oportunidades, como las transiciones justas, la innovación tecnológica y la preservación de los ecosistemas.
Adaptación:
En el contexto del cambio climático, la adaptación se refiere a un conjunto de acciones, estrategias y medidas adoptadas para ayudar a las sociedades, las comunidades y los ecosistemas a hacer frente a los efectos adversos del cambio climático que ya se están produciendo o que son inevitables en el futuro. El objetivo central de la adaptación es reducir la vulnerabilidad y aumentar la resistencia de las personas y los sistemas naturales al cambio climático.
Sus retos incluyen:
1. Desigualdad en la adaptación: La adaptación mundial se enfrenta actualmente a importantes retos en términos de desigualdad y distribución desigual de los esfuerzos de adaptación. Se observan progresos desiguales entre países y comunidades, lo que pone de relieve la necesidad de un enfoque más equitativo y sensible a las necesidades.
2. Déficit de financiación de la adaptación: Se identifica un importante déficit de financiación de la adaptación, con estimaciones del orden de 194.366 millones de dólares anuales. Es esencial que este déficit se aborde urgentemente para garantizar que los esfuerzos de adaptación sean eficaces. El compromiso de duplicar la financiación para 2025 es un paso en la dirección correcta, pero se necesita una escala aún mayor.
3. Necesidad de capacidad y recursos: Aumentar la capacidad y los recursos de los países en desarrollo es un elemento clave para una adaptación eficaz, especialmente para aquellos que son más vulnerables. El desarrollo y la aplicación de los Planes Nacionales de Adaptación (PNA) se destacan como medios importantes para lograr este objetivo.
Oportunidades en la adaptación global
1. Transiciones justas: La adaptación puede ser una oportunidad para promover transiciones justas e inclusivas, creando empleo y estimulando el crecimiento económico. Esto implica el desarrollo de sectores como las energías renovables, la eficiencia energética y la restauración de los ecosistemas.
2. Innovación tecnológica: La búsqueda de soluciones tecnológicas innovadoras desempeña un papel clave en la adaptación global, permitiendo respuestas más eficaces y sostenibles a los retos que plantea el cambio climático.
3. Protección de los ecosistemas naturales: La preservación y restauración de los ecosistemas naturales, como los bosques y los océanos, se consideran importantes estrategias de adaptación. Los ecosistemas desempeñan un papel crucial en la protección contra los fenómenos meteorológicos extremos y en el fomento de la resiliencia.
Medios de implementación
La acción por el clima es una prioridad mundial, pero su realización depende de un componente fundamental: los medios de aplicación. Sin una financiación adecuada y medidas eficaces, alcanzar los objetivos del Acuerdo de París sigue siendo un reto importante.
El desarrollo de una financiación asequible y a gran escala es un requisito previo para la aplicación plena y efectiva de los planes climáticos, incluidas las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) y los Planes Nacionales de Adaptación (NAP, por sus siglas en inglés). Este reto es especialmente crítico para los países en desarrollo.
Aunque hemos sido testigos de avances en la movilización de la financiación climática, aún estamos lejos de alcanzar todas las promesas realizadas. El compromiso de aportar 100.000 millones de dólares anuales para 2020 es un objetivo que aún no se ha cumplido en su totalidad.
Además, aumentar la financiación climática no significa depender únicamente de fuentes públicas. La búsqueda de garantías y de financiación mixta, la emisión de bonos verdes y de instrumentos innovadores son estrategias que pueden impulsar aún más los esfuerzos de financiación. La financiación pública desempeña un papel crucial y puede servir de catalizador para atraer la inversión privada hacia la economía baja en carbono.
No se puede subestimar la necesidad de una reforma integral del sistema financiero internacional, incluida su gobernanza. Una arquitectura financiera internacional reformada podría ser la clave para apoyar mejor las inversiones en acción climática y desarrollo sostenible en todo el mundo. Asimismo, la reforma de la deuda es un elemento central de este debate, ya que evita agravar la carga de la deuda de los países en desarrollo.
Además de la financiación, los medios de aplicación también incluyen el desarrollo y la transferencia de tecnología, la creación de capacidades y la innovación. El intercambio de conocimientos y el desarrollo de capacidades desempeñan un papel clave en la capacidad de los países para aplicar medidas climáticas de forma eficaz.
En resumen, los medios de aplicación son los cimientos sobre los que se asienta la acción climática. Mientras trabajamos para hacer frente al cambio climático, es esencial que todos los países, organizaciones e instituciones colaboren para garantizar que se dispone de los recursos financieros, tecnológicos y de desarrollo de capacidades necesarios para impulsar un futuro más sostenible y resistente al cambio climático.