¿Sabía que dos tercios de este plástico se convierten rápidamente en residuos, gran parte de los cuales acaban contaminando la tierra, el mar y el aire, entrando cada vez más en la cadena alimentaria humana? Entonces, ¿qué podemos hacer para combatir este problema? Pues bien, ¡ahí es donde entra en juego el Tratado Mundial sobre los Plásticos! Pero ¿qué representa?
Esta resolución, que pretende poner fin a la contaminación por plásticos mediante un instrumento internacional jurídicamente vinculante, es un hito histórico en el que los Estados miembros están negociando medidas que abordan todo el ciclo de vida del plástico, incluida la extracción de materias primas, su producción, transporte, uso y correcta eliminación para su reciclaje.
En marzo de 2022, la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA 5.2) aprobó la creación del primer Tratado sobre los Plásticos para combatir la contaminación por plásticos, un acuerdo internacional que debe negociarse antes de finales de este año.
Más recientemente, en una declaración conjunta, los ministros de los 193 países miembros de la 6ª Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA-6) se comprometieron en Nairobi (Kenia) a alcanzar este año un tratado internacional jurídicamente vinculante para combatir la contaminación por plásticos.
A finales de abril se dio un paso más: se avanzó en las negociaciones sobre el borrador del tratado, que se espera finalizar en noviembre en Corea del Sur.
El impacto de los plásticos en todo el mundo: sobre la humanidad, los ecosistemas y el medio ambiente en general
Lo que nos dice la investigación
De media, cada persona ingiere aproximadamente 5 gramos de plástico a la semana, el equivalente a una tarjeta de crédito. Esta es una advertencia lanzada por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) a raíz de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Newcastle, Australia, titulado «¿Cuántos microplásticos estamos ingiriendo?: Estimación de la masa de microplásticos ingeridos». Para comprobarlo, los investigadores cambiaron gramos de plástico por objetos tangibles.
Pero no sólo en la humanidad se plantea este problema. Según el estudio, publicado en la revista Environmental Pollution, «Identificación sistemática de microplásticos en sedimentos abisales y hadales de la fosa de Kuril Kamchatka», la contaminación plástica puede actuar como una trampa en el fondo marino para todas las especies circundantes.
Miles de toneladas de residuos plásticos acaban en los océanos cada año, lo que dificulta el rastreo de todo el medio marino, ya que las fuerzas del océano degradan el plástico y lo convierten en diminutos fragmentos llamados microplásticos.
Otro estudio realizado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), «Mare Plasticum: El Mediterráneo», revela que alrededor del 94% del plástico que circula por el mar Mediterráneo es el resultado de una gestión y unos residuos incontrolados. Egipto (74.000 toneladas/año), Italia (34.000 toneladas/año) y Turquía (24.000 toneladas/año) son los países que más plástico depositan en el mar.
Sin embargo, por persona, encabezan la lista Montenegro y Albania con 8 kg/año y Bosnia-Herzegovina y Macedonia del Norte con 3 kg/año. Estos residuos se deben en gran parte a los restos de neumáticos (53%) y textiles (33%) que acaban en el mar y perjudican la vida animal.
«Los retos que plantean los plásticos se deben en gran medida a que nuestros sistemas de producción y consumo no son responsables con el medio ambiente. La pandemia del COVID-19 y el cambio climático han amplificado la atención pública sobre la crisis de residuos plásticos a la que nos enfrentamos”, subraya Hans Bruyninckx, Director Ejecutivo de la AEMA – Agencia Europea de Medio Ambiente.
Aunque en los últimos años ha aumentado considerablemente la acción sobre la forma en que se eliminan los plásticos en el medio ambiente, existen muchos otros tipos de impacto menos conocidos, como la contribución al cambio climático y los retos relacionados con la pandemia del COVID-19, según el informe de la AEMA titulado «Plastics, the circular economy and Europe′s environment – A priority for action» (Los plásticos, la economía circular y el medio ambiente en Europa: una prioridad para la acción).
El informe analiza la producción, el consumo y la comercialización de los plásticos, así como su impacto medioambiental y climático a lo largo de su ciclo de vida, y explora la transición hacia una economía circular de los plásticos a través de tres vías que implican a los responsables políticos, la industria y los consumidores.
Así, el informe de la AEMA señala tres vías: un uso más inteligente de los plásticos, el refuerzo de su circularidad y el uso de materias primas renovables. Juntas, estas vías conducen a un sistema ambientalmente responsable, socialmente justo y circular para los plásticos.
Además, una reducción drástica del plástico innecesario, evitable y problemático es crucial para atajar la crisis mundial de contaminación, según un análisis exhaustivo publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Acelerar la transición a las energías renovables, eliminar las subvenciones y adoptar enfoques circulares ayudarán a reducir los residuos plásticos a la escala necesaria, según el informe «De la contaminación a la solución: un análisis global de la basura marina y la contaminación por plásticos».
El informe muestra que la contaminación por plásticos es una amenaza creciente en todos los ecosistemas, desde donde se origina la contaminación hasta el mar. También revela que, aunque disponemos de los conocimientos, necesitamos la voluntad política y la acción urgente de los gobiernos para hacer frente a esta crisis creciente.
¿Cómo podemos combatir este problema medioambiental?
Recientemente, Jyoti Mathur-Filipp, Secretaria Ejecutiva del Comité Intergubernamental de Negociación (CIN), advirtió de que la contaminación por plásticos tiene un efecto devastador en los ecosistemas, el clima, la economía y nuestra salud.
Según Jyoti, «los costes sociales y económicos de la contaminación por plásticos oscilan entre 300.000 y 600.000 millones de euros al año, y sin embargo la producción de plásticos ha aumentado en los últimos 50 años y se espera que se duplique en los próximos 20 si no se toman medidas».
De este modo, el Tratado Mundial sobre los Plásticos servirá para mejorar la gobernanza mundial del plástico, pero puede verse limitado porque, según las organizaciones, los esfuerzos para combatir la contaminación por plásticos siguen estando muy descoordinados, se ven obstaculizados por la falta de datos y se centran en soluciones posteriores, como limpiezas que consumen importantes recursos que estarían mejor invertidos en soluciones políticas probadas, gestión de residuos e infraestructuras de reciclaje.
Reducir la contaminación por plásticos depende de todos: ciudadanos, empresas e instituciones. Si, según las Naciones Unidas, es posible reducir la contaminación por plásticos en un 80% para 2040, el esfuerzo debe ser conjunto, trabajando en pro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Documentos de apoyo:
· “Turning off the Tap: How the world can end plastic pollution and create a circular economy”
· “It’s as If They’re Poisoning Us: The Health Impacts of Plastic Recycling In Turkey”
· “Evaluating scenarios toward zero plastic pollution”
· “Plastics, the circular economy and Europe′s environment”
· “The Mediterranean: Mare plasticum”
Links:
· https://news.un.org/pt/story/2022/03/1781522
· https://news.un.org/pt/story/2022/07/1794482
· Play It Out | General Assembly of the United Nations
· A 5ª sessão da Assembleia das Nações Unidas para o Meio Ambiente (unep.org)
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