Con un presupuesto mensual para movilidad de 132 euros, Portugal ocupa el quinto lugar en la lista de países que más gastan al mes en movilidad, por encima de Francia (131 euros), Chequia (125 euros) y España (108 euros), pero por debajo de Italia (138 euros). Esta es una de las conclusiones del 2º barómetro de la movilidad de Europ Assistance, realizado por Ipsos en ocho mercados europeos. Esta cifra resulta del gasto medio en combustible, peajes, aparcamiento, bicicletas, scooters y TVDE (“transporte de pasajeros en vehículos ordinarios”), excluyendo el seguro del coche, con un valor medio de 147 euros en los seis países en los que se realizó la encuesta.
Este estudio también muestra que, en Portugal, caminar es el medio de transporte más utilizado durante la semana (91%). El coche personal es el segundo medio de transporte más común (83%) y el transporte público ocupa el tercer lugar (42%). Durante el fin de semana, la movilidad en coche personal es más habitual (40%) y desciende el uso del transporte público (8%).
Este barómetro también concluye que el vehículo personal sigue estando muy extendido en Europa. La mayoría de los europeos (87%) tiene coche en casa y el 84% lo utiliza a diario. La mayoría de los coches son de gasolina o diésel.
En cuanto a las opciones de futuro, además de caminar, los europeos tienen intención de utilizar más el transporte público y la bicicleta.
Los jóvenes (entre 18 y 34 años) están muy por delante del resto de la población europea a la hora de utilizar medios de transporte menos contaminantes, ya que el 72% utiliza el transporte público (frente al 55% de la población general).
Retos y soluciones para el nuevo paradigma de la movilidad
El desarrollo de las ciudades ha influido en el planteamiento de la movilidad y las operaciones de transporte urbano, ya que se enfrentan a un aumento continuo del número de habitantes a lo largo del tiempo.
La movilidad urbana es uno de los principales retos, y es crucial aumentar la eficiencia del sistema de movilidad en su conjunto para hacer frente a su principal desafío: la descarbonización.
El uso excesivo del coche para desplazarse, debido a la necesidad de moverse con rapidez o a vivir en zonas descentralizadas que no ofrecen alternativas de transporte adecuadas a las necesidades de los ciudadanos, da lugar a numerosos problemas que surgen en las ciudades como consecuencia de la movilidad, como el aumento de la congestión, los accidentes, la mayor duración de los trayectos, el consumo excesivo de combustible, la degradación de la calidad del aire, la contaminación acústica, la carga y descarga en lugares y horarios inadecuados, los problemas de accesibilidad y seguridad vial, entre otros muchos.
Según la Asociación ZERO, el sector del transporte, en particular el transporte por carretera, es la principal fuente de contaminación atmosférica en las zonas urbanas de Portugal, contribuyendo a 6.000 muertes prematuras al año en el país y a un total de 300.000 en Europa.
Teniendo esto en cuenta, somos conscientes de que la estrategia para controlar estos problemas requiere una serie de medidas, desde una profunda revisión de la red viaria y de las políticas de aparcamiento y tráfico, hasta medidas alternativas y disruptivas para financiar el transporte público y métodos alternativos de desplazamiento para los ciudadanos.
Es en este sentido en el que surge la necesidad de repensar las ciudades y los centros urbanos, así como de invertir la priorización del coche como medio de transporte, dando paso a otros modos de movilidad, con el fin de hacer el espacio público más eficiente y preparado para responder a las necesidades de sus ciudadanos, siempre desde el respeto a la sostenibilidad ambiental, económica y social.
Sin embargo, este cambio de paradigma se enfrenta a algunos retos, como las infraestructuras diseñadas para el vehículo individual e incluso la propia estructura de las ciudades, que tiende a priorizar el coche, ofreciendo menos alternativas para una movilidad más activa, como las bicicletas, los patinetes y los desplazamientos a pie. También es necesario reforzar los servicios de transporte público.
Para que los espacios públicos estén preparados para el futuro, y para que las ciudades convencionales avancen hacia el concepto de ciudades verdes, garantizando que alcancemos la neutralidad de carbono en 2050, es crucial repensar los aparcamientos. Deben ofrecer alternativas a la movilidad en vehículo individual, adaptándolos a modos blandos, por ejemplo implantando servicios de aparcamiento y recarga para bicicletas y patinetes eléctricos.
Así como limitar la circulación de vehículos contaminantes implantando Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en las zonas urbanas, ya que así se reduce la contaminación y se mejora la calidad del aire local. Además, la reducción del límite de velocidad de los vehículos permite armonizar el uso de los distintos modos de movilidad en las carreteras.
Además, para potenciar el uso de los modos suaves como opción de transporte, es esencial reforzar la red de carriles bici haciéndola más ancha y segura, implantando señales de tráfico más inclusivas.
También debe renovarse la red de transporte público. Es crucial modernizar la flota de vehículos, invirtiendo en vehículos menos contaminantes, ampliando los horarios de servicio y avanzando en la extensión territorial de su cobertura. Así como garantizar la integración de la intermovilidad en el sector, mediante la prestación de servicios de alquiler de bicicletas y scooters en los intercambiadores de transporte.
En el proceso de repensar las ciudades, la tecnología es una herramienta fundamental que está transformando la movilidad, aportando soluciones innovadoras para la comunidad. Los sistemas inteligentes de gestión del tráfico permiten utilizar sensores avanzados y analizar datos para supervisar y controlar el tráfico en tiempo real, ayudando a identificar los puntos de congestión, optimizando los tiempos de los semáforos y ajustándolos al flujo de tráfico para mejorar su fluidez. También optimiza los sistemas para compartir trayectos y alquilar modos suaves.
Los peatones también se benefician de la tecnología. Los semáforos integrados en estos sistemas hacen el tráfico más accesible a las personas con dificultades motrices o discapacidades, aumentando su seguridad.
Hablamos también de la integración de la tecnología en los sistemas de explotación del transporte público, que ahorra tiempo y mejora la logística del sector. Pero también del uso de la tecnología en el alumbrado público, que permite gestionar de forma más eficiente la luminosidad y la visibilidad en las vías públicas.
Así, repensando las ciudades pensando en los retos del futuro, reformulando las infraestructuras de movilidad urbana, priorizando los modos suaves frente al uso individual del coche, podemos establecer planes en las ciudades para reconsiderar el uso del espacio público, transformándolo en espacios verdes, de ocio y comerciales. Esta opción permite mejorar la calidad de vida de las personas y avanzar hacia una transición ecológica, acompañada de desarrollo económico y social.
LINKS
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● Repensar as cidades hoje, para que possamos viver melhor amanhã
● Cidades com menos carros, porquê?
● Five Cities Show the Future of Walkability
● How Can Walkable Cities Become the Norm?
● International Transport Forum