Burpees a las 5am, duchas de agua fría, desarrollo personal, músculos dopados, lamborghinis (o como los llama él con cariño, lambos), mansiones, barcos y mujeres (que son para él un producto más de su noción del éxito). Los “panzas” y “mileuristas” viven en matrix para Amadeo Llados, un gurú que basa su modelo de negocio en ser “coach fitness online” dónde vende una experiencia: su mentalidad y estilo de vida. Las redes sociales están plagadas de, en su mayoría hombres, que hablan de disciplina y de “seguir el camino” para “escapar al sistema”. La escuela de Llados, llamada “Tu1millon”, reúne a jóvenes que peregrinan ―los que más pagan― a Miami a su Lourdes particular: la mansión del líder supremo que les promete ser millonarios, más aún, les promete que “llegarán a ser el hombre que quieren ser”.
Con una irradiación de la masculinidad más tóxica ―y frágil al mismo tiempo― el discurso de Llados engancha a los que van en la búsqueda del mito de la virilidad perdida, del hombre hecho a sí mismo: “Llados no representa más que la última excrecencia de una reacción de hombres neomachistas tales como Jordan Peterson o Andrew Tate, que se han colado por el agujero abierto entre un patriarcado que no acaba de morir, y un feminismo que no acaba de nacer”, analiza sobre el personaje el filósofo Adrià Porta. De perfil histriónico y con una especie de síndrome del salvador, llega con un mensaje para hacer a la gente “despertar”. A través de redes sociales, las imágenes de una vida de lujos hace que los reclutados funcionen como una suerte de franquiciados que muestran ese mismo nivel de vida para reclutar a más clientes, con el elemento Llados como centralizador.
Uno de sus seguidores con repercusión más joven ―un menor de 16 años―, explica en su canal de YouTube que quiere dejar el colegio ya que no aprende nada, que él cuando llega a clases ya ha hecho dos horas de “desarrollo personal” que le aportan mucho más. Otro de los adeptos que tiene más alcance, que se hizo viral al salir en un reportaje de Equipo de Investigación (La Sexta), cuenta sin tapujos que se ha mudado y ha cortado vínculos con todo su entorno, familia y amigos. Sobre la promesa de ser millonario, trabaja como cajero y dice que “se la suda el dinero”, invirtiendo grandes cantidades en los cursos de Llados y confiando en el proceso que le llevará al supuesto ansiado primer millón.
“Hacer burpees no genera dinero, hacer burpees genera al hombre que va a generar dinero”, es una de las frases de Llados para justificar que sus alumnos, efectivamente, no se hagan millonarios ―de hecho, que incluso queden con deudas: un seguidor se hizo viral por contar que iba a pagar la compra y la tarjeta se la denegó―.
Patrones psicológicos comunes de los reclutados
El comportamiento sectario tiene unos patrones que pueden resonar al caso Llados, uno de ellos, la juventud de los reclutados. Según un artículo de la revista “Papeles del psicólogo”, los jóvenes son más vulnerables a este tipo de discursos ya que “cuando el sujeto está todavía en las fases evolutivas de construcción, definición o estabilización de su identidad personal frente a la de sus educadores o iguales, se es más receptivo a todo tipo de alternativas de conducta, y especialmente a aquellas opciones que faciliten una distintividad clara y rápida”. Otras características comunes que tienen los seguidores del gurú fitness son el momento de crisis ―es fácil encontrar testimonios que dicen cosas como “estaba perdido hasta que encontré a LLados”, o incluso el caso de un hombre que explica que tomaba pastillas para la ansiedad y desde que está en los cursos lo ha dejado porque “no le hacen falta”―. El “reclutador” como elemento a idolatrar es un factor clave que también se da en este caso, sobre todo con su carácter cercano hacia sus alumnos ―a la vez que agresivo en algunas de sus clases, justificando ese comportamiento como necesario para que sus alumnos progresen―, lo que les hace sentir parte del proyecto del “líder”.
VIDEO PROMOCIONALComprar humo, vender humo
Uno de los cuestionamientos más recurrentes es cuál es el producto que vende Llados. Son cursos que en realidad no ofrecen nada tangible: “mentoría en vivo cada sábado. Crea al hombre que admiras y respetas. Escapa al sistema como coach online. Cambia tu entorno. Aprende el mindset millonario”. Estos son algunos de los módulos que ofrece en su curso “Tu1Millon”, que tiene el módico precio de 1800 euros. El supuesto camino a ser un hombre de éxito, millonario, tiene como precio miles de euros en distintas formaciones.
Los esquemas ponzi se basan en la promesa de altos rendimientos a quienes decidan invertir. Los bajos riesgos y la gran rentabilidad son las claves para persuadir fácilmente a las personas, pero también entran en juego en muchos casos tácticas de discurso emocional para manipular y captar nuevos miembros. Los intereses generados por el capital depositado o prestado se pagan utilizando el dinero aportado por nuevos inversionistas, por lo que estaríamos hablando de un modelo de estafa muy parecido al piramidal. “El sistema funciona solamente si crece la cantidad de nuevas víctimas. En este fraude hay siempre un ‘centralizador’ de víctimas que interactúa directamente con ellas”, explica sobre el sistema la Association of Certified Fraud Examiners (ACFE).
En un esquema piramidal, los participantes reclutan a nuevos miembros y pagan una tarifa que va directamente a los que están arriba. En un esquema Ponzi, los inversores entregan su dinero al estafador, quien promete retornos que en realidad son pagados con el dinero de nuevos inversores en lugar de ganancias legítimas. Mientras que en el esquema piramidal el dinero sube a través de la estructura, en el Ponzi el dinero fluye lateralmente entre los inversores, manteniendo estructuras de funcionamiento muy parecidas.
La madre del modelo piramidal está en pie desde hace casi medio siglo: Herbalife, la empresa que se define como “marketing multinivel que desarrolla, promociona y vende productos relacionados con la nutrición” ―especialmente de “dietas para perder peso”―. En esta dinámica corporativa, la venta funciona a través de individuos reclutados para ser “distribuidores independientes”. Ahora bien, el sistema de marketing multinivel se basa en que los distribuidores pueden ganar comisiones no solo por sus propias ventas, sino también por las ventas generadas por los distribuidores que reclutan y los distribuidores en sus niveles inferiores (es decir, como mencionaba la ACFE, “el sistema funciona solamente si crece la cantidad de nuevas víctimas”).
Un sistema parecido utilizaba IM Academy, el entramado fraudulento vestido de “academia Forex” que investigó el periodista Carles Tamayo en varios capítulos de su canal de YouTube. Como relatan algunos ex participantes, muchos menores llegaron a gastar su dinero en este sistema piramidal que se convirtió en una charla recurrente entre adolescentes en los institutos. Como relata uno de ellos: “igual no te fías de un desconocido, pero si te vende el proyecto un amigo, es diferente”. La fiebre de las criptomonedas y el Forex trading fue en este caso el “producto a vender”, vídeos de gurús con una vida ostentosa que invitaban a miles de personas a comprar sus cursos. Una imagen que recuerda al vendehumos de moda, Amadeo Llados. Una imagen recurrente entre las estafas piramidales que pretenden ofrecer una vía de escape a todas aquellas personas que por diferentes circunstancias personales, piquen el anzuelo.