La Presidenta Von Der Leyen suprimió el cargo de Comisaria de Igualdad del nuevo ejecutivo: una decisión que causó consternación y preocupación entre las asociaciones europeas de voluntarios.
Ursula Von Der Leyen iniciará oficialmente su mandato al frente de la Comisión Europea 2024-2029 el 1 de diciembre, pero ya se vislumbran algunas cuestiones críticas. Y no se trata sólo de las diatribas fisiológicas para encontrar un nuevo equilibrio político que se ha desplazado hacia la derecha en este segundo mandato. También hay una grave carencia que tiene una dimensión simbólica pero que podría ocultar implicaciones más amplias e inquietantes.
En efecto, entre las delegaciones asignadas a los 27 nuevos comisarios europeos falta una: la de Igualdad.
En una decisión sorprendente, la Presidente ha suprimido este importante puesto que, durante los últimos cinco años, ocupó con éxito la maltesa Helena Dalli.
Ya no existe una cartera autónoma de «Igualdad»; ha sido desmembrada y relegada a las competencias de la nueva Comisaria europea de Preparación y Gestión de Crisis, la belga Hadja Lahbib.
Evidentemente, no se trata de un problema de nombres o nacionalidades de los protagonistas. La decisión de relegar la Igualdad a las competencias secundarias de una Comisaria con muchas otras competencias supone un enorme retroceso respecto a los compromisos adquiridos anteriormente por la Unión Europea, que había hecho de la igualdad un tema central de su agenda política.
Todo el trabajo positivo realizado por la Comisaria Helena Dalli hasta finales de noviembre de 2024 parece haber acabado en el trastero. Sin embargo, Dalli y su equipo habían puesto de relieve las enormes dificultades a las que se enfrentaban las personas con discapacidad y sus familias durante la pandemia de Covid19 y estaban trabajando con éxito en una reorganización del trabajo y el bienestar para intentar proteger los derechos sociales de los más frágiles. También había ampliado su campo de acción para incluir las políticas de inclusión de género, los planes contra el racismo y la igualdad LGBT. Se ocupaba de los derechos de los niños gitanos, de los menores inmigrantes no acompañados, de todas las situaciones de marginalidad y penuria.
Hoy, a la nueva Comisión de Bruselas ya no parecen importarle estas cuestiones, que han sido degradadas e incluidas en una cartera ya sobrecargada de delegaciones, todas ellas asignadas a la ex ministra belga de Asuntos Exteriores Hadja Lahbib, que las gestionará hasta 2029.
La protesta de las Asociaciones Europeas de Voluntariado
Decenas de organizaciones de derechos humanos de toda Europa han expresado su «conmoción y consternación» por la decisión de Ursula Von der Leyen de suprimir el cargo autónomo de Comisaria de Igualdad de la UE, calificándola de «degradación» de la lucha contra la discriminación.
Entre ellas destaca la protesta del Foro Europeo de la Discapacidad (EDF), organización que agrupa a cientos de pequeños grupos activistas y defiende los intereses de los 87 millones de personas con discapacidad de la Unión Europea. Creado en 1996, el EDF influye activamente en las decisiones relativas a las personas con discapacidad a través de canales regulares de defensa ante las instituciones europeas, incluidos el Parlamento Europeo, la Comisión Europea y el Consejo de la UE.
Esta vez, sin embargo, el Foro Europeo de la Discapacidad ha tenido que desistir, calificando la supresión de la cartera de Igualdad de «peligroso precedente» que corre el riesgo de hacer retroceder los avances en materia de derechos de las personas con discapacidad, inclusión y lucha contra la discriminación.
La Federación Italiana para la Superación de la Discapacidad (FISH ) también expresó su consternación por esta decisión, que el presidente Vincenzo Falabella calificó de regresión cultural. La amalgama de la Igualdad en un contexto amplio y complejo como el de la «Gestión de Crisis» es una clara señal de desentendimiento de las personas con discapacidad. Según Falabella, «sigue habiendo demasiados prejuicios para abordar directamente este tema», sobre todo en un contexto histórico en el que las desigualdades crecen en toda Europa.
Y un empeoramiento especialmente grave se da en Italia, donde la pobreza absoluta se ha triplicado en los últimos quince años, mientras que el número de multimillonarios se ha más que duplicado. Y donde las actuales leyes de inmigración están haciendo resurgir una antropología de la desigualdad, alimentada por ideologías nacionalistas e identitarias.
FISH insta encarecidamente a los eurodiputados a que tomen medidas rápidas para restaurar la autonomía de la cartera de Igualdad en la Comisión Europea, subrayando la importancia de mantener un enfoque claro y decisivo sobre los derechos de las personas con discapacidad.
Los grandes valores europeos en el punto de mira
Con ésta y otras muchas decisiones recientes, Europa parece traicionar sus propios principios. La Unión Europea se fundamenta en dos pilares: la igualdad y la paz, valores nacidos para acabar con el horror de los campos de concentración, el racismo de Estado y los nacionalismos exagerados que produjeron guerras fratricidas. Hoy, sin embargo, estos pilares se tambalean. Los derechos de los más débiles no son una prioridad y la perspectiva de una mayor integración socioeconómica de estos grupos de población está completamente desatendida.
En un segundo plano queda la discusión sobre la inmensa deuda histórica que el colonialismo europeo tiene con el resto del mundo, y que hoy se intenta mitigar, redimensionando las culpas de las potencias europeas que durante siglos invadieron, ocuparon, saquearon y explotaron gran parte del planeta. Con los papeles invertidos, hoy son los pobres de esos países empobrecidos los que huyen a Europa, y la respuesta de la eurofortaleza es que el derecho a emigrar se ha convertido en un delito.
Surge así la figura del inmigrante ilegal y clandestino al que el Estado tiene derecho a encerrar en centros de detención simplemente por su lugar de nacimiento.
Aumentan así las divisiones: entre los ricos y los pobres del mundo; entre los que pueden circular libremente por turismo o negocios y los que no; entre los que están sanos y los que padecen enfermedades invalidantes; entre los que son varones heterosexuales de mediana edad y todos los demás.
Y en este complicado contexto geopolítico, ¿pensamos realmente que la Unión Europea puede prescindir de una Comisaria de Igualdad?