Los jóvenes nacidos entre 1981 y 1996 son conocidos como ‘milenials’, o también como Generación Y. Fueron niños o adolescentes en el cambio de milenio (2000), de ahí su nombre. Y experimentaron de forma intensa los grandes cambios provocados por Internet. Forman la primera generación que, probablemente, vivirá peor que sus padres. Hasta ahora el progreso económico hacía que los hijos siempre lograran más calidad de vida que los padres. Pero esta regla se ha roto.
Los estudios sociológicos dicen que los jóvenes de Europa y de los Estados Unidos tienen peores expectativas de futuro que las generaciones precedentes. La causa es la gran crisis que estalló en 2007, cuando les tocaba acceder a los puestos de trabajo. Sus padres nacieron entre los años 1946 y 1965 y forman parte del baby boom (muchos nacimientos en pocos años) que se produjo después de la Segunda Guerra Mundial, y, en el caso de España, después de su Guerra Civil (1936-1939). Son conocidos como boomers.
Luego vino la Generación X, los nacidos entre 1965 y 1980. Las dos generaciones (boomers y X) progresaron y consiguieron más bienestar que los padres y abuelos. La siguiente generación es conocida como Generación Z, o ‘Centenial’. Son los nacidos desde 1994 hasta 2010. Aún es pronto para saber cuáles son sus expectativas de futuro.
Nos centramos en los milenials porque representan un cambio de tendencia histórico. Nacieron en una Europa más próspera que sus padres, pero recibieron de lleno el impacto de la globalización, de la gran recesión, las tensiones fiscales generadas por el aumento de la esperanza de vida y del mantenimiento del Estado de Bienestar, y la presión del aumento desmesurado del precio de la vivienda (propiedad o alquiler)
Por ejemplo, la tasa de paro de los jóvenes de la Generación Y llegó a ser en España del 26%. En cambio, la de los jóvenes de la generación previa (la X), cuando tenían la misma edad, era bastante menor, del 17%, según datos reflejados en las estadísticas de Eurostat.
Las diferencias fundamentales entre las dos generaciones no radican sólo en la dificultad de encontrar un trabajo. Si no, en las condiciones de este trabajo. Son condiciones de mayor precariedad, con más contratos temporales y a tiempo parcial, de los que tenían la generación anterior, en especial en España, en Italia y Portugal. Encontrar trabajo más tarde tiene unos efectos negativos en los salarios, efecto que pueden durar unos 10 años.
La Generación Y está formada por jóvenes muy formados y capaces de aportar valor al mercado laboral. Son personas que aprecian cuestiones como la conciliación del trabajo con la vida personal y unos salarios competitivos, y están preparadas para trabajar con la última tecnología y para recibir formación. Valoran la proximidad con los superiores y un feedback regular, y un ambiente de trabajo colaborativo y flexible.
El problema de la vivienda
Las dificultades a la hora de encontrar trabajo tienen consecuencias que se pagan durante muchos años. La principal es la dificultad de acceder a una vivienda. Así, estos jóvenes, especialmente entre los 25 y los 29 años, han optado mayoritariamente por el alquiler. Concretamente, el 55% de los que se han emancipado lo han hecho con esta modalidad.
Las diferencias generacionales son muy significativas: en Estados Unidos, los jóvenes entre 25 y 34 años son una tercera parte más pobres que los de la Generación X en la misma franja de edad. En Europa, la diferencia es aún mayor; la riqueza neta media de los jóvenes de la Generación Y es sólo de un 5% respecto a la que acumulaban los jóvenes de la Generación X cuando tenían la misma edad.
Esta diferencia tan grande se explica en que un notable número de jóvenes de la Generación X lograron comprar su vivienda, que se han revalorizado con el tiempo. En cambio, la desfavorable coyuntura financiera de la Generación Y, causada principalmente por la crisis económica, los sitúa en una posición mucho más precaria.
Pero el análisis estaría incompleto sin tener en cuenta qué ocurre a escala global. Mientras en los países ricos (Estados Unidos, Francia, Bélgica, Reino Unido, España, Italia, Portugal Alemania, España …) la Generación Y vivirá peor que sus padres, en los países en vías de desarrollo sí que tendrán una vida mejor que la de sus progenitores. Posiblemente gracias a los beneficios de la globalización, que, a su vez, ha empobrecido a los jóvenes de los países considerados ricos.