Proceso cuyo objetivo es garantizar que todas las personas -independientemente de su edad, sexo, discapacidad, raza, etnia, origen, religión o situación económica o de otro tipo- tengan las mismas oportunidades de participar en todos los aspectos de la vida social, económica y política. Este término subraya la importancia de crear una sociedad en la que todos los jóvenes, independientemente de su origen, situación socioeconómica o identidad, tengan las mismas oportunidades y sean acogidos y valorados.