Fue una cardióloga e investigadora estadounidense, conocida por ser la primera mujer en dirigir los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de 1991 a 1993. Durante su carrera, destacó la importancia de tener en cuenta las diferencias de género en la medicina, especialmente en las enfermedades cardíacas. También fue una voz importante en la promoción de la salud de la mujer y la medicina basada en la evidencia.