La conservación de la biodiversidad es un reto cada vez mayor, especialmente en lo que respecta a las especies de peces de agua dulce.
La urgencia de revertir la tendencia al declive de la biodiversidad acuática y promover su conservación y recuperación es ampliamente reconocida a nivel técnico y científico, así como a nivel político y administrativo. Entre las prioridades identificadas para este fin, destaca la caracterización de las tendencias de las poblaciones frente a la naturaleza dinámica de las presiones y amenazas y la evaluación de su riesgo de extinción (Libro Rojo de los Peces de Agua Dulce y Diádromos de Portugal Continental).
Conocer para conservar
Entre las primeras medidas fundamentales se encuentra la caracterización del estado de las poblaciones, teniendo en cuenta la naturaleza dinámica de las amenazas. Solo con datos actualizados es posible evaluar con rigor el riesgo de extinción de las especies y definir estrategias adecuadas. Este enfoque ha sido la base de diversos proyectos de conservación en Portugal, que combinan la investigación científica, la educación ambiental y acciones concretas de preservación.
Casos de éxito en Portugal
En los últimos años, Portugal ha dado pasos importantes en la conservación de sus peces de agua dulce. Uno de los proyectos más relevantes ha sido el Proyecto FISHATLAS, que realizó, por primera vez, un muestreo exhaustivo de las especies nativas de ciprínidos en todas las subcuencas hidrográficas donde se encuentran. Este estudio permitió identificar las poblaciones prioritarias para la conservación y apoyar la formulación de planes de gestión específicos (Sousa Santos et al. 2016). Cabe mencionar también, por ejemplo, el Proyecto Reviving Douro, que permitió evaluar la biodiversidad de la cuenca del río Duero, con excelentes resultados en cuanto a la conservación de las especies autóctonas, – algunas de ellas endémicas – de la cuenca del Duero, y extraer importantes recomendaciones, en particular la urgencia de crear reservas naturales fluviales con estatuto jurídico de protección permanente y la recomendación de considerar la ampliación del Parque Natural de Montesinho hacia el sur, de acuerdo con criterios de preservación de los hábitats ribereños.
Paralelamente, se han desarrollado programas de reproducción ex situ con el objetivo de evitar la extinción inminente de especies críticamente amenazadas. Estos programas garantizan la supervivencia de las especies en cautividad hasta que puedan restaurarse sus hábitats naturales. Uno de los enfoques más eficaces ha sido la cría en cautividad de ciprínidos amenazados, con vistas a su reintroducción en el medio natural.
Desde 2007, un proyecto pionero ha estado trabajando con seis especies endémicas de la Península Ibérica: el Achondrostoma occidentale (ruivaco del oeste), el Iberochondrostoma almacai (boga del suroeste), el Iberochondrostoma lusitanicum (boga portuguesa), el Squalius pyrenaicus (cacho o zaparda), el Squalius aradensis (escalo-do-arade) y el Squalius torgalensis (escalo-do-mira). Este proyecto apuesta por condiciones seminaturalistas para la reproducción en cautividad, en el uso de poblaciones objetivo como stock reproductor y en la limitación del número de generaciones criadas en cautividad, garantizando la minimización de las pérdidas de diversidad genética y el mantenimiento del repertorio conductual de los peces, con el fin de garantizar que, al ser liberados, se adapten fácilmente a los ríos de origen de sus padres y abuelos (Sousa-Santos et al., 2014).
Cabe mencionar el caso de la conservación del ruivaco del oeste, una especie endémica de Portugal que se encuentra exclusivamente en las cuencas de los ríos Alcabrichel, Sizandro y Safarujo. Este proyecto integró acciones de reproducción ex situ, repoblación de las tres cuencas hidrográficas e identificación de refugios estivales, lugares donde el agua se mantiene incluso durante el verano. Además de estas medidas, se llevaron a cabo acciones de restauración del hábitat, con resultados visibles: se registró un aumento significativo de la población, lo que demuestra la eficacia de la estrategia adoptada (Mameri D. et al., 2016).
Sobre la base de estos programas de reproducción ex situ, también se han puesto en marcha el proyecto «Conservación ex situ de organismos fluviales», para la conservación de la bogas del suroeste y el escalo-do-mira, ambos endémicos de Portugal, en el río Torgal, en Odemira, y el proyecto LIFE Saramugo para la conservación del jaramugo (Anaecypris hispanica), un pez también muy amenazado, actualmente limitado a solo algunos tramos de las subcuencas de los ríos Xévora, Ardila y Vascão.
Cabe destacar también el Proyecto Peces Autóctonos, iniciado en 2017 bajo la coordinación de la investigadora Carla Sousa Santos y con el apoyo de la empresa Águas do Tejo Atlântico. Este proyecto promueve, anualmente, el seguimiento de las poblaciones de ciprínidos autóctonos en ríos intermitentes del centro de Portugal, especialmente durante la estación seca. El objetivo es evaluar el estado de las poblaciones y apoyar la definición de medidas de conservación adaptadas a las condiciones locales. Paralelamente, el proyecto apuesta por la educación medioambiental, con acciones de sensibilización en las escuelas de primaria de los municipios ribereños, involucrando a las comunidades locales en la preservación de sus ecosistemas acuáticos.
Entre otras medidas de conservación, teniendo en cuenta la Estrategia de la UE para la Biodiversidad, que establece el objetivo de alcanzar, como mínimo, 25 000 kilómetros de ríos sin barreras en Europa para 2030, actualmente destacan las acciones de restauración fluvial inherentes a la eliminación de barreras. Entre ellas destaca la eliminación de la presa de Horta do Fialho de la ANP/WWWF, situada en Ribeira de Oeiras, en Alentejo, con el objetivo principal de recuperar el mejillón de río del sur (Unio tumidiformis) y crear las condiciones para el regreso de otros peces amenazados, anteriormente presentes en el río, como, por ejemplo, el pez aguja (Salariopsis fluviatilis) o la lamprea marina (Petromyzon marinus). Este proyecto piloto también permitirá evaluar la abundancia de la biodiversidad antes y después de la eliminación de la presa. Otra iniciativa destacada es la restauración fluvial como forma de acción climática, del Proyecto Ríos Libres de GEOTA, que propone la restauración fluvial de la cuenca del Alviela basándose en una estrategia participativa entre todos los sectores, con especial implicación de la población de edad avanzada de esa región.
Compromisos de futuro
A pesar de los avances logrados, la labor de conservación está lejos de haber concluido. Para garantizar la recuperación sostenible de las especies amenazadas, es necesario reforzar la inversión en investigación científica, en particular en estudios genéticos que permitan optimizar los programas de reproducción ex situ y garantizar la preservación de la diversidad genética.
El seguimiento a largo plazo de las poblaciones reintroducidas es igualmente esencial para evaluar su adaptación a los hábitats naturales y medir el éxito de las medidas de conservación. Esta evaluación continua permitirá ajustar las estrategias, identificar nuevas amenazas y reforzar las áreas de actuación más eficaces.
Otras medidas prioritarias incluyen la gestión sostenible del agua, mediante la reducción de la captación excesiva y la promoción de prácticas agrícolas eficientes. La restauración de hábitats degradados, con la reintroducción de vegetación ribereña autóctona, y la creación de corredores ecológicos que permitan el desplazamiento de las especies son también acciones determinantes para aumentar la resiliencia de los ecosistemas.
Por último, la integración de datos ecológicos en los programas de repoblación puede marcar la diferencia, garantizando que las especies se reintroduzcan en lugares con condiciones favorables para su supervivencia a largo plazo.