Un fenómeno global que afecta a millones de jóvenes, con profundas consecuencias en la salud mental y emocional. ¿Cómo reconocerlo y afrontarlo?
El fenómeno del acoso (bullying), en sus diversas manifestaciones, sigue representando un reto importante para las sociedades modernas. Estudios e investigaciones recientes han puesto de relieve la magnitud y las características de este problema, tanto a escala nacional como internacional.
¿Qué es el bullying?
El acoso es un comportamiento agresivo repetido e intencionado que se caracteriza por un desequilibrio de poder entre el agresor y la víctima. Puede manifestarse de diversas formas, como la violencia física, los insultos, la exclusión social, la difusión de información falsa o el acoso. Con la llegada de la tecnología, el ciberacoso ha ampliado el alcance de este fenómeno, permitiendo a los agresores atacar a las víctimas a través de aplicaciones de mensajería y redes sociales. Según Dan Olweus, uno de los mayores expertos en la materia, «un alumno es acosado, es decir, es prevaricado o victimizado, cuando se ve expuesto, de forma repetida en el tiempo, a las acciones ofensivas de uno o varios compañeros».
La situación en Italia
Según el Observatorio Indifesa 2024, realizado por Terre des Hommes en colaboración con OneDay y la comunidad ScuolaZoo, el 65% de los jóvenes italianos de entre 14 y 26 años han declarado haber sufrido algún tipo de violencia. De ellos, el 63% ha sufrido acoso y el 19% ciberacoso. Los datos son el resultado de una encuesta sobre las formas de violencia sufridas por la GenZ realizada a más de 4.000 chicos y chicas de entre 14 y 26 años, publicada con motivo del Día de Internet Segura o Safer Internet Day.
Las diferencias de género son claras: el acoso tradicional afecta más a los chicos (68%) que a las chicas (60%), mientras que el ciberacoso parece prevalecer entre las chicas (21% frente al 16% de los chicos). Además, el porcentaje de los que han sufrido violencia sube al 70% entre las chicas, al 83% entre los que se definen como no binarios y baja al 56% entre los chicos (Alley Oop).
Otro estudio del ISTAT de 2023 muestra que el 9,9% de las chicas ha sufrido acoso una o más veces por semana, frente al 8,5% de los chicos. Entre los chicos que utilizan teléfonos inteligentes, el 22,2% afirma haber sufrido acoso en línea.
El contexto europeo
A nivel europeo, un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2024 indica que el 15% de los adolescentes han sufrido ciberacoso, con una ligera diferencia entre sexos: el 15% de los chicos y el 16% de las chicas. Además, el 11% de los adolescentes ha sufrido acoso escolar, sin diferencias significativas entre hombres y mujeres. El 6% de los adolescentes admitió haber sufrido acoso escolar, con una prevalencia mayor entre los varones (8%) que entre las mujeres (5%).
Consecuencias del acoso escolar
Las repercusiones del acoso escolar en la salud mental y emocional de los jóvenes son profundas. El Observatorio Indifesa 2024 señala que el 75% de los jóvenes víctimas de violencia experimentaron una pérdida de autoestima, seguridad y confianza en los demás. El 47% sufrió ansiedad social y ataques de pánico, mientras que el 45% informó de aislamiento y distanciamiento de sus compañeros. Otras consecuencias son la dificultad para concentrarse y el bajo rendimiento académico (28%), la depresión (28%), el miedo y el rechazo a la escuela (24%), los trastornos alimentarios (24%) y las autolesiones (20%).
Estudios de expertos
Varios estudiosos han contribuido a definir y comprender el fenómeno del acoso escolar. Entre ellos se encuentra Dan Olweus , que desarrolló el Olweus Bullying Prevention Program, haciendo hincapié en que el acoso es una lección aprendida que puede desaprenderse.
El programa se centra en el cambio a largo plazo que crea un clima escolar positivo con el objetivo de reducir y prevenir los problemas de acoso entre los alumnos y mejorar las relaciones entre compañeros en la escuela. Se ha demostrado que no sólo reduce el acoso entre alumnos, sino también los comportamientos antisociales relacionados, como el vandalismo y el absentismo escolar. El Programa Olweus se ha aplicado en más de una docena de países de todo el mundo y en miles de escuelas de Estados Unidos;
Sameer Hinduja y Justin W. Patchin, fundadores del Cyberbullying Research Center, afirman que «el ciberacoso no es un problema tecnológico; es un problema de comportamiento»; Barbara Coloroso:, en su libro The Bully, the Bullied, and the Bystander, señala que el papel de los «espectadores» es crucial para fomentar o prevenir el acoso; Peter K. Smith subraya cómo los enfoques holísticos en las escuelas, que implican a toda la comunidad escolar, son cruciales para prevenir eficazmente el acoso.
¿Cómo pueden intervenir los padres y los profesores?
Los padres y los profesores desempeñan un papel clave en la prevención y la lucha contra el acoso. He aquí algunas estrategias útiles:
- Enseñar a comprender: parece obvio, pero muchos niños son incapaces de reconocerse a sí mismos como víctimas o autores de acoso. Es necesario concienciar sobre qué actos pueden atribuirse al acoso y qué implica.
- Escuchar y apoyar: crear un entorno seguro en el que los jóvenes se sientan libres para compartir sus experiencias sin miedo a ser juzgados.
- Estar atentos a las señales de alarma: un descenso en el rendimiento académico, el aislamiento, los cambios de humor o de apetito pueden ser señales de que un joven está siendo acosado.
- Educar para la empatía y el respeto: promover programas y actividades escolares que fomenten la empatía y el respeto mutuo puede reducir significativamente el acoso.
- Intervenir con decisión: los profesores deben estar formados para reconocer y tratar con rapidez los incidentes de acoso, estableciendo normas claras contra este tipo de comportamientos.
- Vigilar el uso de la tecnología: educar a los niños en el uso responsable de los dispositivos digitales y estar atentos a las señales de ciberacoso.
- Implicar a toda la comunidad: colaborar con psicólogos, educadores y otras familias para crear una red de apoyo y concienciación.
Conclusiones
Los datos muestran claramente la urgencia de abordar el acoso y el ciberacoso con intervenciones específicas y estrategias eficaces. Es crucial promover programas educativos en las escuelas, aumentar la concienciación y proporcionar un apoyo adecuado a las víctimas. Como declaró Dan Olweus, “un entorno escolar seguro y respetuoso es la clave para prevenir y reducir el bullying”. Sólo mediante esfuerzos colectivos será posible crear un entorno seguro e integrador para todos los jóvenes.
Actividades complementarias
Proponer el visionado en clase de la película «El chico de los pantalones rosas», y después comentarla en clase con la supervisión de uno o varios profesores.