Se trata de una forma de racismo sistémico en el que las poblaciones consideradas más atrasadas y carentes de medios para reaccionar ante ciertas injusticias ecológicas se ven expuestas a importantes riesgos para la salud provocados por la contaminación o la destrucción de los ecosistemas. A menudo, pero no siempre, afecta a las personas de color o a los habitantes del Sur global.